A pesar de la opinión negativa de todos los diputados italianos al Parlamento Europeo, se aprobó con 466 votos a favor (124 votos en contra y 50 abstenciones), el texto preliminar acordado entre Parlamento, Comisión y Consejo europeos que servirá de base del nuevo reglamento ecologico, cuya entrada en vigor se prevé en el 2021.
Los eurodiputados italianos se han opuesto unánimemente, pidiendo normas más restrictivas, sobre todo sobre el tema relacionado con el umbral de la contaminación accidental por pesticidas no autorizados y por lo que concierne las exenciones concedidas a la importación de productos ecológicos procedentes de terceros países. Sin embargo, Italia ocupa el primer lugar entre los 28 países de la UE en producción ecologica y el segundo en cuanto a superficie cultivada: 1,8 millones de hectáreas frente a los 2 millones en España, que sin embargo produce menos en términos de volúmenes y sobre todo de valor.
El acuerdo costò cuatro años de negociaciones para llegar a este punto, que sigue siendo claramente insuficiente para las expectativas italianas y para la tendencia a disminuir en términos de control y supervisión, dejando el campo abierto a producciones «ecológicas piratas». De hecho, el acuerdo ofrece suficiente margen de maniobra para aquellos productores «low cost» que quieran eludir la ley o violarla deliberadamente en consideración de los tipos de control y los límites residuales que se establecerán. Los controles probablemente serán más débiles y más predecibles que los de hoy, dañando a los productores más virtuosos e intransigentes. Debe considerarse que, en general, Italia trata de deshacerse de la producción a bajo coste, típica de países como España, aumentando el valor y la calidad de sus productos. Cabe preguntarse si todavía habrá una diferencia entre ecologico y convencional, según Paolo De Castro, Vicepresidente de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo.
Una oportunidad perdida según Paolo De Castro, vicepresidente de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, quien declaró que la próxima Comisión de la UE ahora tendrá la posibilidad de «proponer estándares de producción más altos antes de la entrada en vigor de las nuevas normas».
Incluso el presidente de FederBio,(l’equivalente de SEAE, sociedad española de agricultura ecologica), Paolo Carnemolla, rechaza el acuerdo sobre el nuevo reglamento ecologico a pesar de reconocer el esfuerzo realizado «para mejorar el texto inicial de la Comisión» teniendo en cuenta «algunas de las solicitudes de los productores orgánicos».
QUE CAMBIARA’
Con referencia a los acuerdos y documentos presentados hasta ahora, el nuevo reglamento ecologico, traerá estos cambios:
1) Las pequeñas explotaciones agrícolas podrán unirse y obtener una certificación de grupo. Una especie de Opción 2 GlobalGAP, pero para la producción ecologica.
2) Se efectuarán controles in situ y para todos los operadores, al menos una vez al año o una vez cada dos años si no se ha detectado ningún fraude en los últimos tres años.
3) Se continuará a utilizar semillas convencionales en deroga, aunque se aumentará la oferta de semillas y animales ecológicos para responder a la demanda de los productores. Las excepciones que permiten el uso de semillas y animales convencionales en la producción ecológica expirarán en 2035.
4) En el caso de las explotaciones mixtas se permitirá la convivencia de convencionales y ecológicas, pero con la condición de que ambas estén claramente separadas.
5) Las importaciones tendrán que respetar los estándares comunitarios. Las actuales reglas de “equivalencia”, que obligan a los países de fuera de la UE a respetar reglas similares pero no idénticas dejarán de aplicarse en un plazo de cinco años.
De todas formas, hay muchas excepciones a este principio; especialmente en el caso de los acuerdos bilaterales. Al final, esta protección podría verse frustrada en la práctica comercial, es decir, en la mayoría de los casos, porque la UE ya compra a países productores ecológicos con los que tiene acuerdos bilaterales (por ejemplo, el CETA con Canadá).
6) En caso de sospecha de presencia de un plaguicida o fertilizante no autorizado, el producto final no podrá etiquetarse como ecológico hasta que la contaminación no sea investigada; No se establecen umbrales máximos para las sustancias no autorizadas.
Los países como Italia, que ya establecen umbrales máximos para las sustancias no autorizadas en los alimentos ecológicos, como los plaguicidas, podrán seguir haciéndolo pero deberán abrir su mercado a los productos de otros países de la UE que cumplan las normas comunitarias. Esta es la parte mas criticada por Italia, que dispone de un sistema automatico para suspender los productores ecológicos que superen dichos umbrales máximos para los pesticidas no autorizados.
«El punto crucial de discrepancia es haber eliminado por completo los umbrales de residuos de productos fitosanitarios«, dijo De Castro, «cabe preguntarse qué diferencia hay en este momento con la agricultura convencional.» Según el vicepresidente de ComAgri, «el acuerdo final representa un compromiso a la baja».
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